Una invasión que le gana el terreno a la fe


Rostros de Esperanza es un proyecto de jóvenes católicos trujillanos que hace ya cerca de tres años decidieron realizar un esfuerzo solidario ayudando domingo a domingo en la educación de los niños del III sector del asentamiento humano Nuevo Jerusalén, en la parte alta de la Esperanza.
COLEGIO DE ESTERAS. Esta labor la han venido realizando en una humilde casa de esteras, otorgada por miembros de la comunidad de Nuevo Jerusalén. Este local se fue implementando con mesas y sillas para los niños.

Hace ya algunos meses, los mismos pobladores, agradecidos por la ayuda y el cariño brindado a sus niños, decidieron cederles un terreno más amplio para un proyecto futuro. En este, poco a poco, se iría levantando una mejor escuela, un pequeño centro de salud, un centro de capacitación técnica y una capilla.

INVASORES. Sin embargo, desde tres semanas enfrentan el abuso de un grupo de traficantes de terrenos que “lo tomaron por la madrugada destruyendo todas las columnas que habíamos colocado, así como algunos de los hitos”, manifestó uno de los líderes del grupo católico que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a algún ataque.

“La comunidad de Nuevo Jerusalén ha querido desalojarlos, pero estas personas han amenazado a algunos pobladores y dirigentes de la zona”, denunció.

Según manifestaron algunos miembros del grupo solidario, estos invasores “se apoderan de los terrenos para después ponerlos a la venta al mejor postor, valiéndose de las amenazas y la violencia”.

NO PIENSAN EN FUTURO. Otro joven, identificado por las iniciales L.M.P., lamentó que haya “gente que no piensa en el futuro de su propia comunidad y hacen este tipo de cosas, y lo peor de todo es que no es perjudicial para nosotros, sino los que pierden son los mismos pobladores de Nuevo Jerusalén”.

“Llevo asistiendo aproximadamente dos años y me encariñé bastante con los niños, por lo que en verdad me entristece mucho todo esto”, lamentó.

INDEPENDIENTES. Rostros de Esperanza “no es una ONG, y tampoco está vinculada a ninguna institución ni pública, ni privada, ni a algún partido político en particular”, afirman. La labor educativa de estos jóvenes católicos comenzó con 20 niños, en febrero de 2009, acogiendo casi un centenar en sus últimas clases, antes de ocurrida la invasión que disparó el temor entre los jóvenes voluntarios.

Actualmente, han suspendido sus visitas a Nuevo Jerusalén hasta que las autoridades puedan resolver la situación de los invasores, “para ejercer el principio de autoridad ante personas que sólo ven sus intereses personales y no los de la comunidad en su conjunto”.

ESPERANZADOS. A pesar del conflicto, los jóvenes no han perdido la confianza en que el problema se pueda solucionar y que esta no sea más que “una piedra en el camino”. “Dios y nuestra Santa Madre María nos acompañan en este difícil momento”, indicaron.

DATOS: Cada domingo, los voluntarios ayudaban cada domingo con la educación de niños de entre 4 y 13 años, brindándoles también desayuno y catequesis.

Van cuatro semanas que los jóvenes no dictan clases dominicales por temor a amenazas y violencia. Trabajo de voluntarios ha recibido el apoyo de la Municipalidad Provincial de Trujillo, la comuna de La Esperanza, el Arzobispado y la Dirección de Participación Vecinal de Trujillo. (Correo)
Una invasión que le gana el terreno a la fe Una invasión que le gana el terreno a la fe Reviewed by Valle Chicama on julio 26, 2011 Rating: 5

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