Según ha informado la Policía, el menor J. A. T. T. (16), arrestado el último martes cuando cobraba el dinero de una extorsión, estudia medicina en la Universidad César Vallejo. Es más, a su corta edad, cursa ya el segundo ciclo. Por ello sorprende que se haya unido a una peligrosa banda dedicada al cobro de cupos. Sus compinches, Cristian Enrique Figueroa Lagos, de 28 años, y Reder Jhonson Mariños Vásquez, de 44, son dos avezados delincuentes que han cometido una larga serie de delitos. En el caso de Mariños, por ejemplo, cuenta con varias denuncias en su contra por hurto, robo agravado y lesiones graves.
El arresto de estos tres facinerosos se produjo en Los Jazmines, pasado el mediodía. Desde hacia dos semanas le venía pidiendo 700 soles a Milagros Díaz García, propietaria de una modesta bodega en la manzana E de esa urbanización.
Carlos Díaz, padre de la agraviada, contó que primero le dejaron una carta bajo la puerta; en ella le decían que si no accedía al pago, atentarían contra su vida y la de sus niños.
“El monto exigido era 700 soles, pero ella no pagó porque su negocio con las justas da para vivir”, sostuvo.
Días más tarde, los maleantes enviaron otra carta, pero acompañada esta vez de una bala. El contenido era casi el mismo. Era un seria advertencia, la promesa de una muerte segura si en caso seguía ignorando el pedido.
Debido a ello, la comerciante decidió por fin denunciar el caso en la Unidad de Extorsiones de la Divincri. Tras enterarse de los hechos, los agentes emprendieron la planificación del operativo.
SUELTO
Fijadas la hora y el lugar de la entrega del dinero, se procedió con la intervención. Para ello, uno de los efectivos, vestido de civil, se hizo pasar por uno de los parientes de la agraviada para ir a dejar el fajo billetes. Los delincuentes le indicaron que lo coloque al pie de un poste de alumbrado público, en la esquina de las calles Babadilla y Uceda Meza, cerca de la bodega.
Hecho esto, apareció el adolescente. Con cierto disimulo, se acercó al paquete y lo recogió; luego caminó hacia donde le esperaban Figueroa y Mariños (sus movimientos eran seguidos de cerca por la Policía), y cuando por fin se reunió con ellos, le cayó encima la ley.
Al ver a los uniformados, los facinerosos trataron de escapar, pero no llegaron muy lejos; fueron rápidamente alcanzados y reducidos.
Una vez esposados, fueron llevados a la Divincri, donde solo dos de ellos permanecen encerrados: Mariños y Figueroa. El menor, según se supo, fue devuelto a sus padres bajo la figura legal de la comparecencia.
La medida, como es obvio, indignó a los agraviados. Díaz solicitó que se les aplique una drástica sanción.
“No puede ser que lo dejen libre, si se trata de un delincuente. Al fiscal le pido que analice bien lo ocurrido”, expresó.
De otro lado, fuentes de la Policía precisaron que Milagros Díaz García no es la única a quien le pidieron cupo los delincuentes.
“Sabemos que hay más agraviados, pero no denuncian la extorsión por miedo; son varias las bodegas en Los Jazmines que pagan cupos”, dijo uno de los suboficiales que participaron de la operación.
CASA QUEMADA
De otro lado, el dueño de una combi fue víctima ayer de un criminal atentado que puso en riesgo su vida y la de su familia. Resulta que una banda lanzó una bomba molotov contra su vivienda. El fuego causó serios daños en la fachada.
Los criminales le vienen pidiendo, desde hace un mes, aproximadamente, el pago de 10 mil soles. Ya le han mandado dos cartas, pero como hasta ahora se ha negado a cumplir con los requerimientos, está pagando las consecuencias.
Sucedió en la cuadra 4 de la calle Santa Marta, en La Esperanza. El agraviado, de apellido Córdova, es solo una más de las tantas víctimas que caen en manos del hampa. Satelite
Joven Universitario de Medicina cae cobrando cupos en Trujillo
Reviewed by Valle Chicama
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noviembre 15, 2012
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