Niña de 14 Años participa en Robo a Hotel en La Esperanza

Niña de 14 Años participa en Robo a Hotel en La Esperanza

Una niña de 14 años protagonizó ayer un feroz asalto en La Esperanza. Acompañado de dos delincuentes ya mayores, la escolar encañonó, masacró e intentó matar al empleado de un hotel para quitarle el dinero que se había recaudado durante la noche en ese negocio. La Policía arrestó a la joven criminal y sus compinches en el techo del edificio, luego de perseguirla por los pasillos de cada piso.

El violento episodio ocurrió a las 6:00 a.m., en la esquina de las calles María Alvear y Bernardo O'Higgins, a una cuadra de la municipalidad del distrito.

Danny Waldin Espejo Vare (18), recepcionista del hotel Esparza (donde ocurrieron los hechos), relató que la niña llegó a primera hora y solicitó una habitación.

"Estaba con uno de los detenidos, aunque no recuerdo con cuál de los dos; tocaron la puerta, les abrí, entraron y pidieron un cuarto, pero como vi que ella no pasaba de la mayoría de edad, les dije que no podía dársela. Fue entonces cuando la chica sacó el arma y me amenazó de muerte", recordó el muchacho, cuyo rostro, después de la pesadilla que le tocó vivir, lucía manchado de sangre.

En efecto, fue la menor quien extrajo el arma de entre sus prendas y amenazó de muerte a Espejo. En realidad era ella quien dirigía el asalto, a pesar de su corta edad y, por qué no, de su género.

"Luego me llevaron a la puerta y me obligaron a abrirla  para que entre el otro", añadió el agraviado.

Ya juntos los tres, se le fueron encima a golpes a Espejo para que les entregue el dinero. Al joven no le quedó otra opción que enseñarles el lugar donde guardaba  efectivo. En total había ahí 600 soles, nada más, por lo que la menor y los otros dos individuos montaron en cólera.

"Pensaban que había más plata y a golpes me decían que les dé el resto, pero eso era todo lo que se había recaudado en la noche", añadió Espejo, quien suele cubrir el horario nocturno, que empieza a las seis de la tarde y termina al día siguiente, a las seis de la mañana.

VIO LA MUERTE

Al no conseguir más dinero, la menor les ordenó a sus secuaces la fuga, aunque para ello debían primero salir a la calle, no obstante, la puerta se había cerrado y solo Espejo sabía cómo accionar el mecanismo para abrirla.

"Pero me negué a hacerlo, pensé en resistir unos minutos más, retenerlos ahí hasta la llegada del empleado del otro turno, que suele entrar a las 6:15. Mi plan era que mi compañero se percate de lo que estaba ocurriendo y pida auxilio", contó Espejo.

Sin embargo, entrometerse en la fuga de los criminales casi le cuesta la vida. No solo le siguieron dando duro, sino que uno de ellos le apuntó con su arma y jaló del gatillo. Lo que ocurrió en ese instante fue un verdadero milagro: en vez de estrellársele en el cuerpo, la bala se quedó inexplicablemente atascada en la pistola. Quizá contribuyó a ello el que se haya tratado de un arma de fuego hechiza, es decir, de fabricación casera.

"Pensé que moriría, pero al no funcionar el arma, decidí por fin enfrentarme a ellos. Entonces llegó mi compañero del otro turno y desde la ventana vio que me agarraba a golpes con los ladrones, por lo que corrió de inmediato a la Policía".

Enterados de los hechos, los agentes de la comisaría de Bellavista, bajo las órdenes del comandante Jhonny Zumarán Corcuera, cercaron el edificio y se aprestaron a ingresar al hotel.

Para entonces, los delincuentes, guiados siempre por la niña, corrieron por los pasillos para ocultarse, tratando de ingresar a una de las habitaciones, pero luego decidieron subir al último piso para desde ahí saltar a los techos de las viviendas aledañas.

JUVENTUD PERDIDA

Ya en la última planta, se dieron con la sorpresa de que aquel era el inmueble más alto de la cuadra y que intentar saltar podía ser un acto suicida, de modo que ya no tenían a donde más correr.

Los uniformados redujeron a los jóvenes maleantes y los identificaron como Róger Austin Escobedo Cusquipoma (18) y Percy Ronaldo Rojas Pianza (18). Asimismo, se ha informado que las iniciales de la menor son J. P. L. A. Los tres fueron conducidos a la comisaría para las diligencias del caso.

Ahí, Espejo Vare no dudó en identificarlos. “Ella tenía el arma, ella dirigió el robo”, dijo, aunque luego decidió guardar silencio por miedo a las represalias que podrían poner en serio riesgo su vida. Redacción Satelite