Trujillo: Colectivo atropella a niño y hospital le niega atención

Trujillo. César Paredes vive en carne propia los estragos de una irresponsableacción frente al volante. El humilde pintor de 37 años de edad apenas puede ponerse en pie y conversar. Los constantes mareos de los que padece luego del trágico accidente que pudo costarle la vida, le impiden ganarse la vida diariamente y poder sostener a su familia.

Sin embargo, aunque aún mantiene visibles lesiones en la frente, no siente mayor padecimiento que observar a su menor hijo de 10 años, quejarse de los continuos dolores de cabeza, producto de la operación a la que fue sometido para salvarle la vida.

La suerte de la familia Paredes Cabanillas cambió inesperadamente la mañana del pasado viernes 9, cuando César y su hijo Humberto fueron atropellados por un irresponsable colectivero de la empresa Vista Alegre, que cubre la ruta Atahualpa-BuenosAires, identificado como William Campos Marín (24).

“Estaba saliendo de mi casa en bicicleta para dejar ami hijo al colegio Los Pinos. El colectivo estaba relativamente lejos, yo había cruzado casi toda la pista y de pronto sentí un fuerte golpe. Eran las 6:20 de la mañana. Mi hijo y yo resultamos en la pista. A pesar de atropellarnos, el conductor no quiso ayudarnos, estaba conpasajeros, la gente le gritó para que nos lleve al hospital
y por eso nos recogió”, recuerda César con notorio pesar por lo ocurrido.

Doble negligencia

Según indicaron algunos testigos, el accidente ocurrió en la intersección de la avenida Manuel Seoane y el jirón Ayacucho, en Vista Alegre, cuando el colectivo con placa de rodaje COV-607 —que corría a excesiva velocidad por ganar
pasajeros— arrolló la bicicleta en la viajabanCésar y su pequeño hijo.

Bajo la presión de los vecinos, el irresponsable conductor se vio obligado a asistir a las víctimas y trasladarlas a la clínica Sánchez Ferrer, sin embargo,
el personal médico se negó a atenderlos porque el seguro del vehículo “no cubría esos gastos”, explicó la hermana de la víctima, Concepción Domínguez Olaya.

“Nos llevaron al Hospital Regional y tampoco nos quisieron atender. En ese hospital vieron a mi hermano y a mi sobrino en sangrentados pero se negaron a
atenderlo hasta que no vean una copia del recibo de pago. Mi hermano le gritó al médico para que lo atienda y ni así losrecibieron”, mencionó.