Vigilante del SATT muere en choque de 2 autos

A sus 23 años, Edward Irvin Marquina Silva era demasiado joven para morir. Este desafortunado muchacho, vigilante del SATT, falleció ayer luego que un auto particular, conducido por un hombre en presunto estado de ebriedad, se estrellara contra el taxi en el regresaba de Moche a su domicilio en La Esperanza. El violento choque fue frontal y dejó a ambos vehículos literalmente reducidos a chatarra.

Esta nueva tragedia se produjo en el kilómetro 556 de la Panamericana, a altura de la Curva de Sun.

Eran alrededor de las 5:20 a.m., cuando Marquina Silva, con varios tragos de más encima, fue embarcado por sus amigos en un taxi de la empresa Thalía. Era este un tico de placa AQW 240, conducido por Pedro Morales Hinostroza.

Según se supo, el muchacho había estado desde la noche anterior en una fiesta, y cuando por fin terminó aquella celebración, se dispuso a regresar a casa, donde su madre esperaba por él. Vivía en la cuadra 5 de la avenida Cahuide, parte baja de La Esperanza. Para volver, se sentó junto al chofer, como solía hacer siempre que subía a un taxi, y se ajustó el cinturón de seguridad por si acaso. Pero tomar esta medida no lo salvó de la muerte.

Resulta que al llegar al kilómetro en cuestión, el auto de placa B8E 240, conducido por Jorge Luis Plasencia Siccha, se le atravesó en el camino y causó su muerte.

Al respecto, fuentes policiales precisaron que Plasencia se dirigía al sur con el pie a fondo en el acelerador, y al entrar a la curva, perdió el control del volante, dejó su carril para invadir el otro (por donde venía el taxi) y desató la tragedia.

Nada pudo hacer Hinostroza para impedir el choque. Cuando se dio cuenta, era ya demasiado tarde. En realidad el auto aquel había aparecido de pronto; de modo que estando ya a escasos centímetros de la muerte, fue poco lo que pudo hacer para salvar la situación.



"ESTABA BORRACHO"

El choque destruyó la parte frontal de ambos carros, dejándolos prácticamente inservibles. Además, Marquina aún vivo, aunque sumamente grave, al borde ya de la muerte, quedó aprisionado, en medio de la lata retorcida. Igual suerte corrieron ambos choferes.

Fue necesaria aproximadamente una hora de arduo trabajo de rescate para sacarlos de ahí y llevarlos de inmediato al Belén. En ese nosocomio, los médicos trataron de salvarles la vida a los tres, sin embargo, ya la suerte estaba echada para Marquina. Falleció minutos después de ingresar a la unidad de Emergencias.

Enterada de lo sucedido, su madre, Ángela Victoria Silva, rompió en lagrimas tras enterarse de lo sucedido. Ella contó que su muchacho prestaba, en efecto, servicio de vigilancia, y en medio de un llanto irreconciliable, pidió un drástico castigo para el hombre que causó el accidente. "Sabemos que ha estado borracho y que por eso ha invadido el carril contrario. Gente así no debe manejar, son irresponsables", expresó.

Después de las diligencias de ley, los restos de Edward Irvin Marquina Silva fueron llevados a su domicilio, donde aún vienen siendo velados. Satelite