Entre lágrimas y llanto, los familiares del inocente joven Silvano Oblitas Cántaro Tolentino (19), le dieron el último adiós esta tarde luego que el estado colombiano enviara el cuerpo hasta el cementerio Jardines de la Esperanza en Huánuco.
Ante este hecho, cientos de personas se solidarizaron con el horrendo caso y acompañaron el ataúd gritando justicia para la víctima: “queremos que su muerte no quede impune”, “queremos justicia”, “captura a los delincuentes”, decían varias personas entre lágrimas.
Tatuaje fue clave para su identificación
“Lo reconocimos por el tatuaje que él tenía en la parte del tobillo, entonces sí es reconocible, él es mi hermano y nosotros de verdad con las autoridades de Colombia estamos muy agradecidos”, reveló Janet, hermana del joven peruano.
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