El militar Wilson Barrantes hace activismo político junto al abogado de Abimael Guzmán, Alfredo Crespo, dirigente del Movadef. Incluso hay fotografías donde se sientan juntos en conferencias a favor de la libertad del terrorista.
Nunca hubo duda de que el condenado por corrupción, Vladimir Cerrón, es el poder en la sombra de Pedro Castillo y ahora de su nuevo gobierno. Mientras el profesor se enreda en las escasas palabras que ha dirigido a la ciudadanía, los cerronistas ya copan los equipos de transferencia de cargo de los ministerios.
Al ya anunciado Roger Nájar –una persona con serios cuestionamientos éticos por haber dejado embarazada a una menor de edad con una niña que no quiso reconocer– para la Presidencia del Consejo de Ministros, se suman los casi 30 hombres y mujeres de confianza del dueño del partido. Uno de ellos es Wilson Barrantes, un viejo conocido de Cerrón y excandidato al Congreso, que figura como responsable de la transferencia en el Ministerio de Defensa, uno de los ministerios más importantes para la seguridad nacional. Si Castillo lo permite, sería el próximo ministro de Defensa.
El general (r) del Ejército, Wilson Barrantes, postuló al Parlamento sin éxito en 2016 con el partido Perú Libertario (que luego pasó a llamarse Perú Libre) con el número 4. En ese entonces, Cerrón era el candidato presidencial con sus lemas ‘reconciliación nacional’ y el ahora copiado ‘no más pobres en un país rico’ usado por Castillo.
Barrantes fue pasado a situación de disponibilidad en 2004 por medida disciplinaria, aunque fue repuesto durante la gestión del entonces ministro de Defensa, Marciano Rengifo (2005 - 2006).
En 2018, Perú21 reveló que condenados por terrorismo y militares en retiro se juntaron para discutir “la reconciliación”. Fue una reunión en la que asistieron los abogados del Movadef y del genocida Abimael Guzmán, entre ellos Alfredo Crespo; Wilfredo Mujica (excarcelado por terrorismo), ya fallecido; y Barrantes, el jefe de la transferencia de Defensa.
En este encuentro, los presentes se refirieron sin tapujos a los terroristas presos como “luchadores sociales” y a los integrantes de Sendero Luminoso como “líderes que generan simpatías, solidaridad y seguidores”.
Pero no fue la única reunión a la que asistió Barrantes con personajes peligrosos para el orden democrático del país. En 2017, reveló la ONG Waynakuna Perú, el conocido de Cerrón fue parte de un evento organizado por la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Víctimas de Genocidio (Afadevig) y el Movadef (grupo de fachada de Sendero Luminoso); en el mismo –refiere Waynakuna Perú– se defendió la construcción del mausoleo terrorista en el distrito de Comas.
En 2019, el voceado para ministro de Defensa se puso otra vez el uniforme, aunque en esa oportunidad solo a manera de disfraz, y llamó “a través de la desobediencia civil a todos los compatriotas, civiles y militares jóvenes y adultos, comité de autodefensa, organizaciones políticas, organizaciones sociales, miembros de las Fuerzas Armadas en situación de actividad y retiro, para que se aúnan a la desobediencia civil para rescatar la moral nacional” durante el gobierno del inhabilitado Martín Vizcarra. Es decir, quería dar un golpe de Estado.
Barrantes le confirmó el viernes a un diario oficialista que “efectivamente, el Ministerio de Defensa me acaba de llamar y estoy esperando la documentación para convocar a los equipos y comenzar a operar”.
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