"No al diálogo. Nadie debe dialogar con un gobierno que no nos representa", fue la primera orden que estableció un grupo de dirigentes que se reunió a puerta cerrada.
El conclave agrupo exclusivamente a casi 40 dirigentes, algunos con denuncias policiales y fiscales pro alterar el orden público, solo cabeza de base, personajes que impusiero la pauta de no dialogo.
Ellos mismos se autoproclamaron absolutos, como el ente rector de las protestas que degeneraron en violencia al sur del país. “Nadie debe dialogar a nombre de la región de Puno”, se escuchó decir a uno de los presentes.
Una reunión desde un profesor fichado por la Dirección contra el Terrorismo, amigo del expresidente Pedro Castillo hasta el azuzador que propició el ataque a las instalaciones de Panamericana Televisión.
A puertas cerradas un grupo de dirigentes sentó las bases de las manifestaciones en el sur del país que desencadenaron en una serie de muertes.
El fin supremo para ellos es establecer la Asamblea Constituyente. A pesar de reservada, a esta asamblea de fin de año se le permitió el ingreso a un azuzador conocido por atacar las instalaciones de Panamericana Televisión.
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