Joselyn Diaz y Alicia Manayay son acusadas de haber acabado con la vida de un joven ingeniero a quien conocieron a la salida de una discoteca en Miraflores. La víctima fue pepeada con el objetivo de robarle sus pertenencias
Esta semana, la policía capturó a una peligrosa banda de peperas. Dos mujeres que captaban a sus víctimas en los bares más exclusivos de la capital y suministraban un potente somnífero en sus bebidas, para luego arrasar con todas sus pertenencias.
Lamentablemente, un joven egresado de ingeniería fue víctima de estas peperas y perdió la vida. Bruno Fernando Medina Zúñiga era un egresado de la carrera de ingeniería mecánica. Con 25 años de edad, ya trabajaba en una reconocida empresa y estaba a punto de ascender de puesto.
Tras recibir esa buena noticia, quiso celebrar con su jefe y sus colegas en un exclusivo bar de Miraflores, el pasado 15 de marzo. La noche avanzaba y ya estaba a punto de amanecer, por eso el grupo de ingenieros salió del bar para comer hamburguesas. Mientras ellos comían, las peperas divisaban a lo lejos y cual astutas depredadoras se acercaron a sus presas.
Los coqueteos e insinuaciones empezaron. Tejían historias de encanto y complicidad hasta lograr su objetivo: ir al departamento de uno de ellos. El reloj daba las 5 de la mañana. La cámara de videovigilancia del departamento de uno de los ingenieros registró el ingreso de Joselyn Diaz Rodríguez y Alicia Manayay Reyes.
Los tragos iban y venían. Bruno Medina, embriagado por el encanto de estas mujeres y por la droga que le habían suministrado, fue el primero en caer. Solo bastaron un par de horas más, para que la pastilla hiciese efecto.
Una vez, que todos se encontraban profundamente dormidos, las peperas se apoderaron de sus objetos más preciados. Celulares, billeteras, tarjetas de crédito y todo lo que podían esconder dentro de sus vestidos y carteras.
A las 7:56 de la mañana, salieron del departamento. Tapando sus rostros. De pronto, un mal presentimiento los empujó a buscar a bruno en la habitación donde se había quedado dormido. Al encontrarlo, la escena los dejó devastados. Su querido amigo había muerto.
No solo les hicieron el seguimiento a las cámaras de videovigilancia del departamento, sino también al registro fílmico de un centro comercial en donde hicieron varias compras usando las tarjetas de crédito de sus víctimas.
Mientras la policía reunía todas las pruebas en contra de estas mujeres, ellas se lucían en las redes sociales. Después de 50 días de investigación encubierta y seguimiento meticuloso, el día de la captura llegó como un golpe contundente contra la delincuencia.
En un operativo simultáneo, las autoridades atraparon a las integrantes de esta peligrosa banda de peperas. Alicia Manayay fue capturada en su tienda de ropa ubicada en un centro comercial de Gamarra, en La Victoria. Mientras que Josselyn Díaz terminó esposada cuando salía del gimnasio, en San Juan de Lurigancho.
Bajo esta custodia, las trasladaron a la sede de la Dirincri. Los rostros que lucían radiantes en las redes, ahora reflejaban miedo y derrota. Pues los delitos que se les imputa podría llevarlas a cadena perpetua.
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