El abogado Greco Quiroz sostiene que hizo una investigación durante el periodo 2015-2022 y concluyó que esas personas habrían sido asesinadas y sus cuerpos arrojados a fosas comunes o fondeados en los ríos Chicama y Marañón.
El hallazgo de restos humanos, de al menos 16 personas, en lo profundo de una fosa común en el interior de un socavón, situado dentro del ámbito de operaciones de la empresa minera Poderosa, en la provincia de Pataz, región La Libertad, sería solo una pequeña parte del macabro saldo de las pugnas por el predominio de la zona de sangrientas organizaciones criminales que están enquistadas en las montañas y que operan con descarada impunidad.
El abogado Greco Quiroz Díaz, quien durante muchos años se ha dedicado a investigar y denunciar el avance de la minería ilegal en las provincias de Pataz y Sánchez Carrión, reveló a Diario Correo que la denuncia de la existencia de fosas comunes, donde arrojaban cadáveres de seres humanos, la realizó en noviembre de 2022, durante una sesión del Comité Regional de Seguridad Ciudadana (Coresec).
Dijo que ese organismo era presidido por el entonces gobernador de la región La Libertad, Manuel Llempén Coronel, y su disertación fue escuchada por representantes del Ministerio Público, Poder Judicial y hasta la Defensoría del Pueblo, pero no le dieron la importancia que el tema ameritaba.
Minucioso trabajo
Según comentó Quiroz, su trabajo de investigación abarcó del periodo 2015 al 2022. “Recolecté información de fuente directa; es decir, familiares de personas que habían denunciado la desaparición de sus parientes que habían ido a trabajar en los socavones mineros, tanto en Pataz como en Huamachuco. También [hubo] fuente policial; pero aquí hay un detalle: no era información oficial, ya que no hubo investigaciones por parte de la Fiscalía. Todo quedaba en un cuaderno de ocurrencia”, advirtió.
Dinero por silencio
Es más, Greco Quiroz descubrió que hubo casos en los que los familiares llegaban hasta los socavones en busca de sus parientes desaparecidos (muchos de ellos muertos en enfrentamientos) y las organizaciones criminales les entregaban entre S/ 15 mil y S/ 30 mil como una compensación por el fallecimiento de su pariente. “La condición era que al recibir el dinero estaban impedidos de denunciar el caso. De esta manera, los deudos llevaban los cadáveres a su pueblo y no denunciaban. No había necropsia y no había investigación fiscal”, agregó.
Ahora bien, de acuerdo con lo calculado por Greco Quiroz, entre los años 2015 y 2022 se habría registrado al menos 280 personas desaparecidas, en Pataz y Huamachuco. “¿Dónde están? Esa es la gran pregunta. Pues bien, muchos de ellos han sido asesinados en enfrentamientos a balazos entre organizaciones criminales. La mayoría no son naturales de La Libertad, sino que vienen de Loreto, Ucayali y San Martín. Laboraban como vigilantes en los socavones y cuando otra banda criminal los vencía, sus cómplices abandonaban sus cuerpos y los delincuentes enemigos que se apoderaban del socavón desaparecían los cadáveres de dos maneras: arrojándolos a fosas comunes o fondeándolos en los ríos Marañón o Chicama”, aseveró el letrado.
Confirman más cuerpos
El coronel Percy Huapaya, jefe de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Trujillo, informó que hasta la fecha se ha encontrado 10 cadáveres y los restos de otros seis cuerpos más en un avanzado estado de descomposición, en una fosa común dentro de un socavón, situado en el sector Las Tolvas, en la provincia de Pataz. “Pero se están analizando otros restos óseos y aparentemente todos son por impactos de bala”, agregó.
Los cadáveres han sido llevados al Instituto Médico Legal de Trujillo, donde se ha podido determinar, tras los primeros análisis, que entre todos los cuerpos hay cuatro varones y una mujer. No se ha podido avanzar con mas pruebas para poder identificarlos, ya que se requiere la intervención de otros profesionales forenses y de equipos de mayor tecnología.
En tanto, la Policía especializada continúa en la zona tratando de llegar a lo profundo de otros socavones, para verificar la presencia de otros cadáveres. Lo agreste de la zona dificulta el trabajo.
Fuente: Diario Correo
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