Indignación en Alto Trujillo: denuncian corrupción y favoritismo en el programa vaso de leche

La indignación crece en Alto Trujillo ante las denuncias de graves irregularidades en la gestión del Programa Vaso de Leche (PVL). Los vecinos han señalado que el programa, concebido para garantizar la alimentación de los sectores más vulnerables, estaría siendo utilizado con fines poco transparentes, beneficiando a personas cercanas a los funcionarios encargados de su administración. La falta de control y el favoritismo evidenciado han puesto en tela de juicio el verdadero propósito de un programa que, en teoría, debería velar por el bienestar de quienes más lo necesitan.

La controversia se intensifica, toda vez que Diana Tello, gerente de Desarrollo Social (cuya área está a cargo del Programa Vaso de Leche) ha demostrado ineficacia en el cargo; no obstante, goza del respaldo del alcalde de Trujillo, Mario Reyna, pese a los cuestionamientos sobre su historial legal. En esa linea, las denuncias más graves recaen sobre Regina Marlene Espinoza Ramos, quien, a pesar de contar con investigaciones fiscales por presuntos delitos de corrupción, ha sido una de las principales encargadas de la distribución del programa. Documentos de la Fiscalía revelan que ha enfrentado procesos por negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo, además de una investigación por estafa agravada en 2022. Aun así, ha seguido ocupando un rol clave en la administración de un programa que debería estar exento de cualquier sombra de corrupción.

Entre los casos más indignantes, se ha denunciado que Andyela Patricia Isidora Arenas Zavala habría incluido a su madre como beneficiaria del programa, recibiendo los productos directamente en su domicilio y evitando los canales regulares de distribución. Este hecho ha desatado sospechas de un manejo arbitrario de los recursos, alimentando la desconfianza de los vecinos, quienes también han puesto la mira en la organización OSB «Bendición de Dios» del Barrio VI, presuntamente vinculada a estas irregularidades. Todo esto ha llevado a cuestionar si el PVL está cumpliendo con su función social o si ha sido transformado en una herramienta de beneficio personal a costa de los más necesitados.